Comienza
como sonrisa
que se
insinúa.
Como si un
gesto
circular,
semi imantado,
atrajera
en un filo
decidido
a las luces
dispersas.
Es una
promesa,
una
incitación,
un deseo.
Una amenza.
rasguño
sideral
detrás de la
caricia,
y del roce,
primero
levísimo
y luego
fuerte,
de tus
labios
en mi boca.
Por eso
en noches
claras
se adivina
la absoluta
posesión,
la mordida
total,
en tu
sonrisa
y en esa
delgadísima
línea curva
del cielo.
Es puerta
que girará,
tal vez,
como cierta
sonrisa
por donde se
abre tu cuerpo.
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Video del autor donde lee este poema: Aquí.
(El primer
día, el día en que la luna comienza su camino hacia estar llena, su dibujo leve
es ya una plenitud, la de la promesa y la amenza del deseo. En los lenguajes
del cielo, la luna creciente trae y lleva a los enamorados mensajes inciertos.)
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