Tienes una extraña manera
de habitarme.
Estás en mi cuerpo,
en cada músculo que tocaste,
estas piel adentro.
Te siento en cada movimiento
cuando una parte de mí
grita tu presencia.
Dolor que no llega a serlo,
sensación de ti
que detiene el tiempo.
Bailamos, nos abrazamos,
volvimos a bailar,
nos detuvimos dentro.
Toda la noche dentro.
Y todo regresa de golpe
hasta cuando duermo.
No es un sueño
o lo es sin serlo,
como el dolor de tenerte dentro.
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Una versión de este poema, leída por el autor, aquí.
Los amantes se habitan de maneras
felizmente inesperadas. Y entre la materialidad del cuerpo y los
fantasmas del deseo fluye el río que los une, que los lleva y que son, cada
noche, en todas sus visiones y sus movimientos.
1 comentario:
Lo admiro profundamente sr. Alberto! Como comenté en facebook, ud tiene el don de convertir una frase que pudiera parecer común o sencilla, en una sublime con sólo una palabra mas... una palabra que sólo brota de ud y de su ilimitada inteligencia y esencia.
Me deleito cada vez mas en lo que escribe!
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