Un beso largo es eso
que el
tiempo desconoce,
tiene
horizontes lejanos,
caminos
que se pierden
de un
lado al otro
entre mi
sangre
y la
comisura
de tus
labios.
Un beso
largo
es mucho
más largo
que el
mismo beso:
comienza
siendo anhelo,
ansia y
sed y hambre,
sigue corriendo
en el tacto
cuyo órgano
es todo el cuerpo.
Te toca
con los labios
y allá y
más allá mi piel se eriza
y todos
los sabores agradables
se
despiertan en la lengua,
fruta
madura,
pulpa y
perfume,
vainilla
si te gusta,
plenitud
y fugacidad del mango,
por
ejemplo.
Un beso
largo se apodera de los oídos
y es música
y la saliva canta.
Sigue y
gira y sigue
hasta en
recuerdos danzando
porque un beso largo,
de
verdad, nunca termina.
De lejos
un beso largo
parece
estatua de piedra
pero es
suave y fresco
y a su
manera, eterno.
Se
extiende siempre
hacia adentro,
y viaja de
arriba a abajo
entre tus bocas.
Un beso
largo tiene manos,
dibuja, abraza,
ilumina.
Un beso
largo es creativo,
es
instintivo, es reflexivo,
y un
poco salvaje,
por
naturaleza.
Un beso
largo es,
algunas veces,
diminuto
y lleva
siempre en su gracia
una
pizca de torpeza.
*
2 comentarios:
¡Es un poema hermoso!
Es la descripción más dulce y extensiva de un beso laaargo
delicioso
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