¿Cómo decir
lo que parece
imposible?
Mirar dentro de
ti
con el tacto
exaltado
de mis dedos.
¿Cómo explicar
que,
más sensible
aún,
mi sexo mira
ahí
con la claridad
de un ave
desde arriba?
Con la
inocencia del ciego
intervenido,
que al retirar
la venda
ve por primera
vez.
Abrir los ojos,
despertar
dentro de ti
en otro mundo.
¿Cómo es posible
aún
que sin esa luz
del día,
abandonada en
ritmo
deseante,
en la evidente
obscuridad
de entraña
que anhela,
algo muy hondo
se ilumine así
y esté yo en ti
como quien mira
al sol
sin fin,
sin tiempo?
Me abandono
a ese calor,
a esa canción
ritual,
a su intensidad
de trance,
a su fuerza de
atracción,
a tu luz
indescifrable
dentro.
Contemplo
con mi sangre
la estampida
amenazante
de la tuya.
No caben ahí más
palabras
ni yo en mi
asombro:
dentro de mí
la luz dentro
de ti
crece,
expansiva,
total,
sonriente.
Yo la vi,
y bajo mis
párpados
la miro aún
con todos esos
ojos
imposibles.
Me tocas con tu
luz
cuando me
acuerdo.
Tu más intimo
insomnio
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